El Quehua o Runasimi fue la lengua de los Incas, pueblo que forjó un vasto imperio en la América meridional y la única civilización de alto desarrollo en el mundo que se formó al sur de la línea ecuatorial. La esencia de su idioma, entonces, debe ser preservada, pues es el legado de una cultura extraordinaria; y más cuando aún constituye en la actualidad el medio de comunicación natural de los peruanos del Ande.
La corona española reconoció la importancia fundamental del quechua para lograr una comunicación efectiva entre las culturas occidental y andina.
La corona española reconoció la importancia fundamental del quechua para lograr una comunicación efectiva entre las culturas occidental y andina.
Por ello el rey Felipe II dispuso en 1570 que en la Universidad de San Marcos de Lima se instituyera una cátedra de lengua quechua. Desde entonces, en la universidad decana de América se formaron profesionales y religiosos misioneros versados en el conocimiento y manejo del runasimi.
Sin embargo, doscientos años después, el rey Carlos III suprime esta cátedra con el argumento que era conveniente que los indígenas usaran de preferencia la lengua española. En realidad, el motivo de la proscripción fue distinto, porque se trató de una represalia por la gran rebelión de Túpac Amaru II ocurrida en 1780.
Sin embargo, doscientos años después, el rey Carlos III suprime esta cátedra con el argumento que era conveniente que los indígenas usaran de preferencia la lengua española. En realidad, el motivo de la proscripción fue distinto, porque se trató de una represalia por la gran rebelión de Túpac Amaru II ocurrida en 1780.
Era obvio que los funcionarios de la administración colonial entendían perfectamente que el idioma es una de las mejores herramientas para integrar a los pueblos, y como era su propósito mantener la dominación española proscribieron el quechua para desunir y disgregar a la población originaria.
Posteriormente, en los albores de la época republicana el Congreso Constituyente de 1822 lanzó una proclama a la población andina suscrita por Javier de Luna Pizarro, José F. Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui, donde se manifestó “que todo se dirá en vuestro idioma quechua, que nos enseñaron nuestros padres, y que mamásteis de los pechos de vuestras madres”, pero esta iniciativa no se logró plasmar en la Constitución Política de 1823.
Posteriormente, en los albores de la época republicana el Congreso Constituyente de 1822 lanzó una proclama a la población andina suscrita por Javier de Luna Pizarro, José F. Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui, donde se manifestó “que todo se dirá en vuestro idioma quechua, que nos enseñaron nuestros padres, y que mamásteis de los pechos de vuestras madres”, pero esta iniciativa no se logró plasmar en la Constitución Política de 1823.
Tuvo que pasar muchísimo tiempo para redimir legalmente al idioma de los incas. En 1975 por Decreto Ley N° 21156 se reconoce al quechua como idioma oficial y obligatorio, al igual que el castellano. Por mandato imperativo de dicha norma se dio libertad a la palabra de un pueblo, lo que equivalió a liberar su espíritu. Y de este modo los peruanos de las distintas regiones del interior tienen derecho a ser educados en su lengua nativa, a leer y enterarse de los sucesos de su país y del mundo globalizado en la lengua que hablan a diario.
Pero sabemos que con la ley no es suficiente, porque a pesar del derecho adquirido y del tiempo transcurrido no se ha producido una política efectiva de integración. Esto se debe, principalmente, a que no se producen más leyes que la favorezcan y promuevan realmente, falencia legislativa que va de la mano con la limitada producción de material educativo y cultural para transmitir conocimientos a nuestros hermanos andinos (y amazónicos) en su lengua materna; por ende, ellos no pueden ejercer plenamente el ejercicio de sus derechos ni conocer el alcance de sus obligaciones, situación que constituye un flagrante menoscabo de la igualdad ante la ley.
Conocer, dominar y sobre todo hablar el quechua será, por tanto, de imperiosa necesidad en el proceso histórico de afianzar la transformación cultural del Perú, que es el instrumento fundamental para alcanzar la justicia social y la integración nacional.
Juan Andía Chávez
Juan Andía Chávez
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